sábado, 2 de julio de 2011

La Quincena Milagrosa:

El rumor de las apariciones se esparció rápidamente y una gran multitud acudió a la gruta.
n19 de febrero:  Llegó Bernardita a la gruta acompañada de sus padres y un centenar de personas. A partir de este día, iba a todas las apariciones con una vela encendida.
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20 de febrero: Alrededor de 500 personas la acompañaban.
n21 de febrero:  Varios miles de personas llenaban todos los alrededores de la gruta. Hubo un momento en que la aparición parecía hacerse hacia atrás, y como hundirse en el interior de la roca. Para no perderla de vista, Bernardita fue acercándose de rodillas. Observó que la Virgen se había puesto triste. Le pregunto, ¿qué te pasa?, ¿qué puedo hacer? La Virgen respondió: "Rogad por los pecadores".
 
22 de febrero:  La Virgen no se le apareció. Todos se burlaban de Bernardita. Ella lloraba pensando que quizás había cometido alguna falta y que por eso la Virgen no se le había aparecido. Pero tenía la firme esperanza de volver a verla.
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23 de febrero: Primera vez que la Virgen formula una orden concreta. Ante 10 mil personas la Virgen le da a Bernardita un secreto que solo a ella le concierne y que no puede revelar a nadie. También le enseñó una oración que le hacía repetir, pero que no quiso que la diera a conocer.

24 de febrero: Toda la gente quiso saber que pasaría con el encargo del Párroco y si la Virgen haría el milagro del rosal. Bernardita como siempre llegó a la gruta y se arrodilló, sin poner atención en absoluto a la gente que iba por allí.
 

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n25 de febrero: "Hija mía, le dijo en la Visión, quiero confiarte solamente para ti el ultimo secreto; igualmente que los otros dos, no los revelaras a ninguna persona de este mundo"
nY ahora -le dijo la Virgen después de un momento de silencio- ve a beber y lavarte los pies a la fuente, y come de la hierba que hay allí.
nBernardita miro a su alrededor pues no miraba ninguna fuente. Ella pensó que la Virgen la mandaba al torrente y se dirigió hacia allá.
nLa Virgen la detuvo y le dijo: "No vayas allá, ve a la fuente que está aquí".  Le señaló hacia el fondo de la gruta. Bernardita subió y, cuando estuvo cerca de la roca, buscó con la vista la fuente no encontrándola, y queriendo obedecer, miró a la Virgen. A una nueva señal Bernardita se inclinó y escarbando la tierra con la mano, pudo hacer en ella un hueco. De repente se humedeció el fondo de aquella pequeña cavidad y viniendo de profundidades desconocidas a través de las rocas, apareció un agua que pronto llenó el hueco que podía contener un vaso de agua.
Mezclada con la tierra cenagosa, Bernardita la acerco tres veces a sus labios, no resolviéndose a beberla. Pero venciendo su natural repugnancia al agua sucia, bebió de la misma y se mojó también la cara. Todos empezaron a burlarse de ella y a decir que ahora si se había vuelto loca.  Pero, ¡...misteriosos designios de Dios!, con su débil mano acababa Bernardita de abrir, sin saberlo, el manantial de las curaciones y de los milagros mas grandes que han conmovido la humanidad.

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